sábado, 22 de marzo de 2014


Actuar únicamente en consecuencia a lo vivido ya no debería ser algo válido.
Intentan ilustrarnos constantemente sobre los vaivenes de la vida con cada película, con cada libro... y somos idiotas. No hacemos caso. Seguimos temiendo a todo.
Nos quedamos en nuestras casas con el deseo de perdernos por el mundo, dejamos pasar experiencias, posibles vidas paralelas que llenarían de alegría y pasión nuestros corazones vacíos, casi en la podredumbre.

¿En qué clase de hipócrita me estoy convirtiendo?

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